lunes, 22 de agosto de 2011

HIGIENE DE LA PIEL DEL BEBE


La piel del bebé tiene una estructura fisiológica particular y debemos cuidarla aplicando productos adaptados. La piel de bebé es de una dulzura incomparable, fina y fácilmente irritable. La dermis está constituida de fibras elásticas muy finas y de haces de colágenos muy delgadas, menos espesas que las de un adulto. La piel de un niño no se hará una "barrera casi impermeable" hasta la edad de 4 años, aproximadamente.
Por ello, es indispensable no aplicar cualquier producto sobre la piel de un bebé. Y es que a este fenómeno de permeabilidad, se añade el efecto de la relación superficie cutánea/peso. Comparando el peso y la talla de una persona, apreciamos como la superficie de la piel es seis veces más grande proporcionalmente en un bebé que en un adulto.
Así, la aplicación de una crema sobre la misma superficie de piel no tendrá el mismo efecto, debido a la importancia de la superficie de la piel con relación al peso: la concentración de la sustancia será seis veces más efectiva en el bebé. Es una de las razones por las cuales dermatólogos y especialistas, aconsejan escoger siempre productos de cuidados adaptados. Pídele consejo a tu pediatra, farmacéutico o dermatólogo.




Jabones para bebés
Para preservar la piel del bebé, los especialistas recomiendan utilizar jabones simples, sin perfumes ni colorantes. Estos productos permiten evitar las reacciones alérgicas. Pídele consejo tanto al pediatra como al farmacéutico.

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